La Pastoral Militar en México

"Los soldados y Marinos, también son miembros de la Iglesia..."

En la Nación Mexicana la Iglesia ha tenido siempre interés por la asistencia espiritual de los militares según las diversas circunstancias de los tiempos.
En la Nueva España existió un ejército permanente hasta la mitad del siglo XVIII y durante este tiempo los jefes militares venidos de la Península ninguna importancia daban a lo religioso en sus tropas. Sin embargo había oficialmente el encargo de los Capellanes Castrenses en las tropas, pero estos prácticamente no tenían ninguna acción.
Durante la Guerra de Independencia desde 1810 hasta la consumación de la independencia en 1821, los caudillos de la patria buscaron establecer los fundamentos legales que hicieran de la Nación Independiente una nación con leyes, administración y representación propia que implicaba, incluso la profesión religiosa católica. En este periodo hubo Capellanes Militares que trabajaron activamente en la asistencia espiritual del Ejercito Insurgente.

Después de la mitad del siglo XIX y principios del siglo XX existieron periodos en los cuales la nación había de pasar por una transición.

El periodo del Porfiriato fue de grandes contrastes en la historia mexicana. Se gestan aquí avances importantes, como la pacificación del país, que de 1821 a 1876 había sufrido guerras internas e intervenciones extranjeras, pero también retrocesos políticos y sociales que a la postre originaron la Revolución Mexicana.
Este periodo define importantes innovaciones en el terreno militar. La organización definitiva del ejército, así como la expedición de la Ley Orgánica del Ejército fueron avances en materia castrense. Se creó la Suprema Corte de Justicia Militar y el Código de Justicia Militar. Se instauraron una serie de reformas en la educación militar a fin de profesionalizar el ejército federal, proceso que se vinculó con la forma de control del Gobierno sobre el Ejército.
Señalamos la importancia de la asistencia espiritual de los inicios del siglo XX, especialmente el apostolado militar de los hermanos Josefina y Guillermo Belloc en el año 1938.
La sede de este apostolado era la actual Parroquia Personal Castrense Cristo de la Paz, la actual Rectoría de Cristo Rey de la Paz, en la Arquidiócesis de México.