Discurso de Apertura de la 1ª Jornada de Estudio

“Hombres y mujeres de fe al servicio de la patria”

Pronunciado por Su Excelencia Carlos Briseño Arch, Obispo Auxiliar de México, Vicario General y Episcopal de la II Vicaria “Cristo Rey”, de la Arquidiócesis Primada de México, en la Universidad Anáhuac México Norte. 26 de septiembre de 2013.

Agradezco al P. Padre Jesús Quirce Andrés, Rector de la Universidad Anáhuac la atención que ha tenido para con el Emmo. Sr. Cardenal al pedir que inaugure esta 1ª Jornada de Estudio “Hombres y mujeres de fe al servicio de la patria”. En su representación y en mi propio nombre me permito dirigir unas palabras de apertura.

En el marco de la sociedad, corresponde a la persona, las familias y las instituciones colaborar en la búsqueda de la paz y el bien común.

La Conferencia del Episcopado Mexicano emitió la Exhortación Pastoral sobre la misión de la Iglesia en la construcción de la paz en México, llamada “Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna”, el año 2010. Allí se pone de manifiesto la necesidad de que la Iglesia trabaje en la construcción de la paz para que en Cristo, México tenga vida digna. Animados por este consejo, muchas instancias de servicio pastoral hallan una orientación para su quehacer.

La Pastoral Castrense, destaca en este orden la importancia de su misión, pues en esencia “las Fuerzas Armadas existen para la seguridad y libertad de los pueblos” (Constitución Spirituali militum curae), es decir para la búsqueda de la paz y en última instancia entendemos que Cristo es la paz verdadera.

Quienes integran las Fuerzas Armadas, en razón de su labor social, se encuentran constantemente en una situación de riesgo a su integridad y es necesario tener un sentido trascendental de su labor. Todo hombre, incluso el de las Fuerzas Armadas, tiene el derecho de orientar su persona y su consciencia hacia la trascendencia, el derecho de creer en un ser supremo, el derecho de profesar una religión, y esto es proclamado por los cristianos y defendido por la Pastoral Castrense.

La vida en Cristo no rompe con las circunstancias personales, sociales y culturales de la persona, sino que la ilumina y promueve a los hombres incluso hasta la búsqueda del sentido último de la existencia. En este orden, responde a los más íntimos anhelos del corazón humano.

Su Santidad, el Papa Francisco, en la Primera Audiencia General de su Pontificado nos recordó que seguir a Jesús significa “salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, para ir hacia las periferias de la existencia, movernos nosotros en primer lugar hacia nuestros hermanos y nuestras hermanas, sobre todo aquellos más lejanos, aquellos que son olvidados, que tienen más necesidad de comprensión, de consolación, de ayuda.

¡Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús misericordioso y rico de amor!” Comprendemos, de esta manera, la importancia de salir al encuentro de nuestros hermanos de las Fuerzas Armadas y de sus familias, quienes muchas veces tienen necesidad de comprensión, consolación y ayuda.

El Emmo. Sr. Cardenal D. Norberto Rivera Carrera ha promovido, desde su llegada a la Arquidiócesis Primada de México, la atención pastoral a las Fuerzas Armadas, con el fin de garantizar el cuidado espiritual de los fieles católicos pertenecientes a la familia militar y naval.

Ha propuesto en numerosas ocasiones que los académicos y científicos reflexionen sobre estos temas tan importantes de la sociedad actual.

Por ello con profundo gozo, y a nombre de Su Eminencia, inauguro esta 1ª Jornada de Estudio “Hombres y mujeres de fe al servicio de la patria”, con la firme convicción de que la búsqueda de la verdad, nos acercará, al final de nuestra existencia, a la Verdad Plena, Dios nuestro Padre.